Definición y tratamiento de la inestabilidad del tobillo

La inestabilidad del tobillo es una falta de estabilidad de la articulación. Generalmente se produce tras un esguince (único o recurrente) en el 70% de los casos, o tras una mala cicatrización de los haces calcaneofibular anterior y talofibular del ligamento del tobillo.

Síntomas de inestabilidad del tobillo

La sensación de inestabilidad en la articulación sigue siendo el principal síntoma de este trastorno. El paciente puede sentirla sobre todo al caminar por terrenos irregulares. Además del factor físico, la inestabilidad del tobillo también puede provocar aprensión, lo que puede llevar al paciente a reducir las actividades deportivas que impliquen a la articulación en cuestión (fútbol, baloncesto, tenis, etc.). También hay que tener en cuenta que, aunque el dolor no siempre es un síntoma evidente de la inestabilidad del tobillo, a veces puede aparecer.

¿Cómo se diagnostica la inestabilidad del tobillo?

El diagnóstico de la inestabilidad del tobillo es fundamentalmente clínico. El profesional sanitario puede cotejar lo que dice el paciente con un examen de la articulación. Al mismo tiempo, también puede intentar determinar si la articulación presenta algún factor que pueda favorecer el desarrollo de la inestabilidad de tobillo. Este es el caso, en particular, si la articulación ha sufrido algún tipo de daño o si los ligamentos no son lo suficientemente fuertes.

¿Cuáles son las diferentes afecciones del tobillo que pueden causar inestabilidad?

La inestabilidad del tobillo puede tener dos orígenes distintos: mecánico o funcional. 

• Las inestabilidades de origen mecánico están vinculadas a anomalías anatómicas, como la laxitud de los ligamentos;
• La inestabilidad funcional está relacionada con un problema postural o de control neuromotor.

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Esguinces de tobillo: la patología más frecuente

El esguince externo de tobillo es la patología traumática más frecuente en el desarrollo de la inestabilidad del tobillo. Con frecuencia da lugar a una recidiva (entre el 40% y el 70% de los casos, según el estudio), o incluso a una inestabilidad crónica del tobillo. Al cabo de un año, no es raro que los pacientes vuelvan a padecer un tobillo doloroso e inestable, con pérdida de movilidad y debilidad muscular.

La causa más común del dolor crónico de tobillo es la pérdida de capacidad de respuesta, y por tanto de propiocepción, en el tobillo. Una segunda causa es la pérdida de fuerza, sobre todo en los músculos peroneos. Estos músculos del compartimento externo de la pierna son los principales responsables de garantizar la estabilidad lateral del tobillo.

Inestabilidad de tobillo: ¿qué tratamientos existen?

La gestión de la inestabilidad del tobillo se basa en diversos tratamientos: 

• tratamiento preventivo ;
• tratamiento médico ;
• tratamiento quirúrgico.

Tratamiento preventivo de la inestabilidad del tobillo

El tratamiento preventivo se basa en el tratamiento completo del esguince de tobillo, para limitar el riesgo de desarrollar inestabilidad. Se trata de inmovilizar la articulación con una ortesis amovible durante 6 semanas en los casos más graves. 

A continuación, deben prescribirse sesiones de fisioterapia para fortalecer los músculos y mejorar el control neuromotor del paciente, sobre todo en terrenos inestables.

Tratamiento médico 

En caso de inestabilidad demostrada, la articulación debe estabilizarse por medios ortopédicos. Sin embargo, estas soluciones sólo son temporales y a menudo implican una reeducación para reforzar los músculos responsables de estabilizar el tobillo, o incluso un tratamiento quirúrgico para tratar eficazmente este tipo de trastorno.

Tratamiento quirúrgico de la inestabilidad del tobillo

El objetivo del tratamiento quirúrgico es estabilizar la articulación ajustando la tensión y/o reinsertando los ligamentos en sus inserciones. En algunos casos, esta medida basta por sí sola para tratar la inestabilidad del tobillo. Sin embargo, si el problema es más grave, puede considerarse la posibilidad de realizar un injerto tendinoso del tendón corto del peroné. 

Tras una intervención de este tipo, el tobillo del paciente debe permanecer inmovilizado durante 21 días con una férula de resina. La rehabilitación puede comenzar 45 días después de la operación, para trabajar en la recuperación de la amplitud de movimiento de la articulación y el fortalecimiento de los músculos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que este tipo de cirugía a veces puede tener efectos secundarios. Por ejemplo

• complicaciones durante la operación ;

• defectos de cicatrización ;

• infecciones ;

• dolor crónico;

• rigidez del tobillo.

Gestión de las inestabilidades del tobillo con el método Allyane

El método de reprogramación neuromotora de Allyane nos permite intervenir a varios niveles:

• en la fase de rehabilitación de un esguince externo de tobillo: acelera el tratamiento del paciente, ayudándole a recuperar rápidamente la contracción óptima de los músculos del peroné y corrigiendo los patrones motores disfuncionales;
• en la fase de reathletización: se trata de optimizar los movimientos funcionales (salto, carrera), así como los movimientos deportivos.

Sobre todo, el método Allyane es una solución ideal para el tratamiento de la inestabilidad crónica del tobillo que no ha progresado al cabo de un año, en particular porque ayuda a trabajar las inhibiciones motoras de origen central.

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